Los 843 metros de altura del Mondúver pueden parecer poca cosa cuando los observamos desde Xeresa. Nada más lejos de la realidad: estamos ante una MONTAÑA con mayúsculas. Esta emblemática cumbre de la comarca de La Safor esconde además multitud de sorpresas en su fisonomía. Por todo ello, podemos asegurar que estamos ante una ruta “pata negra” de la provincia de Valencia. ¿Nos acompañas a conocerla?
Índice de Contenidos
Ficha Técnica de la Ruta
(según datos extraídos de mi GPS)
- Distancia total: 17,5 km
- Tiempo total: 9h 30’
- Tiempo en movimiento: 5h 30’
- Media en movimiento: 3,1 km/h
- Dificultad: media/alta
- Senderos señalizados: PR-CV 153
Descripción de la Ruta y fotografías
Aunque todavía tengo mucho por explorar en la provincia de Alicante, de vez en cuando es muy recomendable salir de nuestras fronteras habituales para descubrir nuevos horizontes. En esta ocasión, nos desplazamos hasta la población de Xeresa, muy cerca de Gandía, para realizar el sendero PR-CV 153.
Foto inferior: la silueta del Mondúver (al fondo) vista desde la cima del Montgó. Foto de Abril de 2010.
Podemos iniciar el recorrido desde la misma población de Xeresa, junto a los paneles indicadores del PR-CV 153 (calle Mondúver). Otra opción puede ser empezar junto a la Font del Molí. Yo recomiendo la primera alternativa, visitando así la ermita de la Santísima Trinidad.
En esta primera parte del recorrido seguimos un camino de tierra entre bancales de mandarinas, junto al curso del Barranc de Xeresa. Enseguida me sorprende lo verde que está todo, se nota que estamos en una zona de gran pluviosidad.
Llegamos a la primera bifurcación del sendero. Tomo la opción de la izquierda, que me llevará a la Font del Carritx. No tardo mucho en darme cuenta de que esta variante del sendero es la menos transitada, y la señalización prácticamente ha desaparecido. Toca tirar de intuición montañera, y por suerte acierto y acabo llegando a la fuente. Junto a la fuente encuentro un indicador tirado en el suelo, probablemente obra de algún “gracioso”.
Foto inferior: Font del Carritx
Desde la Font del Carritx iniciamos una subida que nos conduce hasta el abandonado Corral de les Cabres. A partir de aquí la señalización vuelve a hacer acto de presencia. Se observan también las huellas (si no me equivoco) del incendio sufrido en primavera de 2006.
Una senda preciosa, que discurre entre abundante vegetación (brezo, romero, etc.), nos conduce hacia la base de la montaña. Sorteamos varios de los barrancos que descienden desde lo alto, en una asombrosa sucesión de pliegues. En el último de ellos, el Barranco dels Emboscats, encontramos la Font del Mondúver (de la que ya os hablé anteriormente). Parada obligada para descubrir este rincón de cuento de hadas, escondido en lo más profundo del barranco.
Desde la Font del Mondúver, una nueva subida nos conduce hasta El Picaio. Aquí encontramos una pequeña planicie y un camino de tierra. Junto a unos pinos termina la senda que desciende por la cresta, proveniente de la cima. Sopla un fuerte viento, que al perder la protección de los barrancos me golpea con rabia.
Seguimos el camino de tierra hasta llegar junto al Corral del Obreret, momento en el cual nos desviamos por una senda a la izquierda, que inicia la subida hacia Els Frarets.
Foto inferior: el recorrido es muy variado. En este punto encontramos una fina arena, parecida a la de la playa.
El viento sopla más y más fuerte cuando alzando Els Frarets (los Frailecillos, sería la traducción al castellano). Por suerte, esta curiosa formación rocosa me aporta algo de protección y un pequeño respiro.
La visibilidad es bastante buena, aunque no todo lo que esperaba. Aún así, la silueta del Montgó se aprecia perfectamente (foto inferior).
El Montgó se asoma a esta curiosa ventana.
Desde este punto, la cima del Mondúver, coronada por las atentas de radiotelevisión, ya se ve bastante más cerca. Salgo de la protección dels Frarets, y comienzo la subida. Después de un tramo bastante empinado, la senda hace un rodeo, alcanzando finalmente la pista asfaltada que da servicio a las antenas. El viento sopla furioso, motivo por el cual no hice fotos en este tramo.
El tramo de pista asfaltada se hace bastante pesado. Tras una buena sucesión de curvas, llegamos finalmente a la cima, ocupada sin reparos por las antenas.
Una pasada asomarse al Mediterráneo desde este mirador de 843 metros de altitud. Las instalaciones de las antenas me ofrecen algo de protección contra el viento, y puedo comer en relativa tranquilidad. Sin embargo no me hace ninguna gracia estar junto a las antenas y sus ruidosos generadores.
Antes de iniciar el descenso, algunas fotos. En la inferior, la cresta del Mondúver, trayecto que seguiré en la bajada.
Vistas hacia El Grao de Gandía y su puerto. Más cerca, la población de Xeresa. Al estar aquí arriba somos realmente conscientes de la magnitud del Mondúver, que parecía poca cosa desde abajo.
Gandía en primer término. En el horizonte, el Montgó y la plataforma del Cap de Sant Antoni.
Aitana al fondo, con el Puig Campana a la izquierda. Justo delante, apenas perceptible, la Serrella (Mallà del Llop y Plà de la Casa). Delante, el Circ de la Safor. Más cerca, otras montañas que no reconozco.
Estación meteorológica en la cima del Mondúver.
Vistas hacia el Penyalba, hermano menor del Mondúver.
Inicio el descenso por la cresta. Las formaciones kársticas toman protagonismo. La bajada es, en palabras técnicas, “a saco”. Necesitaremos ayudarnos de las manos en algunos puntos. Yendo con cuidado, no supone mayor peligro.
En la bajada encontramos más formaciones rocosas de curioso aspecto. Reciben el nombre de Els Frares (los Frailes), de igual forma que sus primos lejanos de la Serrella.
Llegando de nuevo al Picaio, la cambiante climatología del día me regala un bonito arcoíris.
El Picaio. Al fondo, el Montgó, con mejor visibilidad incluso que por la mañana.
Desde el Picaio bajamos hasta la Font del Mondúver, y poco después encontramos la bifurcación del sendero. Ahora tomamos la izquierda (por la derecha iríamos a la Font del Carritx). La senda nos conduce por el interior del barranco, pasando junto al Corral de Milhores.
Esta parte del sendero me sorprendió con algunos rincones de gran belleza.
Los colores del otoño, tímidamente presentes en esta ruta por el Mondúver.
Al final del barranco llegamos a la primera bifurcación que habíamos encontrado por la mañana, y desde allí seguimos el camino entre bancales hasta Xeresa.
Despido la crónica con la silueta del Mondúver reflejada en las aguas de la Font del Molí, y con la seguridad de que volveré más adelante para seguir explorando las crestas y barrancos de esta gran montaña.